Hay en el amor de un padre, un refugio siempre. Es el abrazo que protege, es ese impulso que motiva a continuar. Me cargaba en sus hombros o me sostenía la bicicleta hasta que pude pedalear. Mi padre es mi primer amigo y ejemplo. Hoy lo saludamos, y le agradecemos todas sus enseñanzas, historias y juegos. Sin duda hacen nuestra vida más alegre.
Hay mucho que agradecer a cada padre de nuestra comunidad, valoramos su compromiso y entrega cada día, velando por el bienestar de sus familia.
Gracias papá!